Ahora vivo en Argentina. Salí huyendo de las miserias del comunismo en Venezuela. Tenia todas las esperanzas de que todo cambiara de la noche a la mañana y así pasaron más de 20 años.
El gobierno y la oposición venezolana participan en un juego macabro de esperanza y desesperanza para con el pueblo, uno haciéndole creer que las cosas cambiarán y otros destruyendo sistemáticamente cualquier posibilidad de cambio.
Lo peor, es que que dentro de esa maraña de pobreza y miseria queda gente que apoya a estos malhechores y no se dan cuenta que es un circulo vicioso del que será muy difícil salir. El resto debe vivir sufriendo las consecuencias de unos idiotas que decidieron en algún momento apoyar el comunismo en Venezuela.
Es indignante ver como Argentina va por el mismo camino. Pero espero realmente estar completamente equivocado y que Venezuela pronto saldrá de esta y Argentina corregirá el rumbo a tiempo.
Ya me cansa el tema político. Me indigna ver el engaño. Para mi no hay político bueno y si es bueno, no es político. Comenten errores, malgastan las riquezas del país, y cuando hay que tomar responsabilidades, se culpa a la gente, al pueblo pendejo que termina pagando los platos rotos. Suben algún impuesto, o limitan la compra de dólares para «resguardar» sus las reservas de dinero.
Es un sistema que pareciera inquebrantable, blindado contra cualquier cosa que venga a plantear algo diferente. Las ideologías enfermizas y caducas que hace 100 años nos manipulaban, lo siguen haciendo, ahora con nuevas herramientas como las redes sociales que potencia la ignorancia que bien han sembrado nuestros gobiernos.
Yo solo espero que exista un lugar especial en el infierno para todas aquellas personas que han dañado a tanta gente, por tantos años, malversando la abundancia de todos.